Hay
días blancos como éstos.
Días
en que al viento le duelen las manos
y escupe cristales
y
destroza el tiempo
y
se hace pedacitos porque no sabe
qué
hacer con su dolor.
Días en que todo respira una existencia lejana;
algo como un conjuro con el árbol seco
Días en que todo respira una existencia lejana;
algo como un conjuro con el árbol seco
o con el pavimento océano.
Días
en que la vida es un hilito de sangre
transido
en las plumas
de
un pájaro que no se haya en el cable de luz.
Días
en que uno camina aturdido con los pies hechos
ascuas
por las mismas calles que ya no se parecen
por las mismas calles que ya no se parecen
a
la tragedia que las pisa.
Porque
el cielo es todas partes
y
el pájaro muere sin estruendo
y
el incendio no es la pólvora.
La
calle es un canto blanco que sabe todas las respuestas.
Uno
no llora, no corre al espejo,
no maldice como un parricida.
De nada sirve.
En estos días uno nada más abre la boca
no maldice como un parricida.
De nada sirve.
En estos días uno nada más abre la boca
para
que se le salga el alma.
1 comentario:
Awww siempre un placer leer por aquí!
http://estatuariosoleado.blogspot.mx/
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