viernes, 2 de septiembre de 2011

You will never see, so come dance with me


No te miento, ando jalando el alma
con los huesos que a duras penas 

me calzo en las mañanas.
(Es la mentada cotidianidad quien le regaló 
ese sol tan bonito y tan triste al mundo).
Pero mi alma y mis huesos 
se arrastran en una marejada de sangre
porque necesitan
un poquito de ese espacio
sin sentido que se encuentra
detrás de tus orejas.
Allí donde hundo los dedos
y me quedo prendada
como un mal bicho
que quiere escuchar el océano
en el caracol de tu oído.
Luego te digo que no he dormido.
y tú me lees un cuento
hasta que ya tumbada por el cansancio
pronuncio, en mi famélica vigilia, un te quiero.
Cierras el libro y después quién sabe.
Como que nos comen los ojos el silencio, o las palabras
o el tacto criminal de nuestro aliento 
con su intolerable peso de araña.
Desfallecidos, nos mueve la ubicua necesidad 
de poseernos.
No lo sabrás, pero así se baila en mi país.

5 comentarios:

Sadie dijo...

"Allí donde hundo los dedos y me quedo prendada como un mal bicho que quiere escuchar el oceano en el caracol de tu oído"

Damn! Eres un 10 natural! Matona en el área. fuckin'amazin'

http://estatuariosoleado.blogspot.com/

Sadie dijo...

ah! y adoro tu nombre.

Anónimo dijo...

Matona en tu área y en otras, verdad?

Y qué tú nombre? Yo te adoro a tí!! :)

Ja ja ja ja

Héctor Arreola dijo...

Vaya, no sabía que tuvieras un blog. Procuraré darme vueltas más seguido. Me gustaron especialmente los tres versos iniciales, me siento identificado (T_T).

En fin, cuídese.

Atte.
Luis Héctor.

Argelia dijo...

Aww, qué bonitos comentarios.

Pues ya ve, Luis Héctor, por acá andamos.
Y qué terrible que se identifique con lo primerito.
Es que a veces uno sí siente cansado...y recansado.

Un saludo (: