Sobre teen-dramas anacrónicos, neurosis y otras jaladas.
A veces me desposeo y el mundo se puebla de un traqueteo indescifrable.
Caen pedazos de mi voz sobre mis pies mojados y de inmediato intento levantarlos.
Luego "entro en razón"; la voz no se arregla aunque rearme las piezas del teléfono, pero en el intento ya parí dos o tres demonios que escriben en mi espalda las formas de no morir en el desierto. Fantasmas que me abren surcos invisibles en el cuerpo. Esas cicatrices queman como la ausencia o el miedo. Pero son mías, me caminan y camino también.
Caen pedazos de mi voz sobre mis pies mojados y de inmediato intento levantarlos.
Luego "entro en razón"; la voz no se arregla aunque rearme las piezas del teléfono, pero en el intento ya parí dos o tres demonios que escriben en mi espalda las formas de no morir en el desierto. Fantasmas que me abren surcos invisibles en el cuerpo. Esas cicatrices queman como la ausencia o el miedo. Pero son mías, me caminan y camino también.
Ya soy una niña grande; todo se arregla si voy a lanzar piedritas a tu ventana, aunque sea en mi delirio.
De repente también soy maestra: de mí aprendí lo perverso de la puerilidad.
De mí estoy aprendiendo a no tomarme en serio.
4 comentarios:
Crece pero no entres en razón, hay cierta locura que es encantadora, como lo que escribes.
Aww, es cierto. Lo malo de la locura es el jodido insomnio. *Cara de zombie*
Manifiéstate más seguido, hombre.
Ya ni sus luces usted.
Menos Mario.
Un abrazotote coquetón. (:
No, tú locura no es una simple locura, es tú locura, el jodido insomnio es tan solo uno de los devaneos ;)
Un beso guapotota!!
(K)
Ah que bien saber que somos parte de los contrarios que tienen blog.
Yo le lanzaba piedritas a la ventana de Dim, hasta que una vez casi la rompo y me pidió amablemente que usa el timbre.
La visitaré periódicamente :D
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