lunes, 18 de abril de 2011

Sedimentación nocturna.

A esta niña le enseñaron a pelarse las pestañas para no abrir el corazón.
Le enseñaron a quemar incienso en lenguas muertas antes de escupir verdades.
A esta niña le clavaron las alas a las vértebras con la esperanza de volverla  p e d e s t r e.
Nunca le contaron del silencio, ni de las muertes sembradas en el jardín.

Pero ella –tonta ella- no entendió cómo se escupe humo desabrido, ni cómo se espinan los ojos en las paredes, cómo volver de piedra al ojo. En cambio ha probado el dolor de un iris desnudo y la paciencia mal lograda del Vómito.
Y qué bueno, niña. Qué bueno.

Si la mirada araña barriendo las comas      los puntos            las pausas innecesarias.

Que se trepe hasta la luna tu pupila frenética y la explote con la furia de esos párpados poblados de insomnio.
Que la noche se vuelva una sombra dilatada de placeres plateados, una sombra brillante tan bella como los labios fundidos del deseo, tan terrible como perderse en una mentira.
El mutis de este absurdo transfigura alas rotas en pies de agua. El pisar se vuelve huella, surco, prenda que viste la arena. Por eso vuelas como gota que extraña su nube intentando habitar el silencio movedizo. Pero sobra el aire -y es tan blanco- que rasga la humedad y te vuelve en desierto una vez más.

Eres tu tierra y eres la fuente que no sacia tu sed. Eres la norma inadvertidamente violada, la música despojada de partituras, el miedo engulléndose de miedo, el cataclismo de saberse indefinible, la temperatura cayendo a grados infernales, la muerte mariposa en primavera, todo el tiempo hinchado en las venas. Eres la voz que grita haciendo espiral el sonido para clavarse en el rostro de otro.
Y nadie se da cuenta. No quieres que se den cuenta. Y tu dorso alado llora en la médula, y esas plumas pulsan tanto, pulsan tanto que andas con la columna desviada. Tus pasos te hunden en el cielo, poco a poco. Y el viento quemado te sepulta con la misericordia que no tiene ningún asesino         mártir         o dios.                   
  

1 comentario:

Anónimo dijo...

Oh!! Sigo sin saber quién sos

pero


por sí las dudas

te sigo Alergia- Alegria jo jo jo :)

Buen texto!!