martes, 26 de abril de 2011

Los ojos, pájaros de agua.

Me miro con estos ojos,
aleteos de pájaros bajo la lluvia
estrellándose contra el cristal.


Me gritan las pupilas
que sigo siendo yo.
La niña sin muñecas,
la que con brazos quebrados, trata
de apretar el aire con los dientes
para no caer por la garganta quemada
del mundo.

Sigo siendo yo, 
la demente
aferrada a un silencio boreal;
aunque amenace el fuego,
el viento,
los espejos.
Todo esto que corta igual que las palabras.

Soy yo (la misma)
quien sale a la noche para sentir
el temblor del desierto sobre la piel
y escuchar cómo grita mi vientre,
hastiado de sorber sombras.

1 comentario:

Anónimo dijo...

=O Que genial!!
Te iba a decir, me gusto tal estrofa, pero mentiría, je je je, me agrado todo!!