Yo no quería sentir todo esto, por eso me maté
cuando la noche abrió grande su boca,
tragándome
en un alarido de estrellas…
Mi cuerpo vuelto voces corrió como perfume.
Y del perfume se formó una nube y la nube creció
entre la sombra de mis huesos,
hasta ser más terrible que la Angustia
de una madre que espera con los brazos vacíos.
Al temblor de la luna inmóvil
-ojo de muerto-
la nube llovió Fantasmas sobre la arena.
Algo con plumas cayendo a la tierra...
En el desierto solo la muerte y los Demonios
se precipitan como pájaros.
Porque cada noche
es igual al suicidio de una Niña
que se lanza de la cama hacia el espejo
con el corazón vuelto muecas y uñas y murmullos.
1 comentario:
Me gusta harto como escribe as'te!!
:) Saludos
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