Qué hacer cuando te siembran la muerte bajo la piel
y te brota en el sexo como flores que huelen a tu nombre.
Absolutamente nada...
Y estoy majareta, ya sin humo en la azotea,
con las ideas más claramente rebuscadas.
Pero cómo lo siento.
Pero cómo lo siento.
No me sueltes, porque está el miedo
y un sinfín de mariposas bebiendo entre mis piernas,
devorándome el vientre.
Envuélveme entre tus dedos como si nadie lo notara,
antes de que me escurra a borbotones por las líneas
de tus manos, enfilándome hacia un abismo mudo.
Envuélveme entre tus dedos como si nadie lo notara,
antes de que me escurra a borbotones por las líneas
de tus manos, enfilándome hacia un abismo mudo.
Deja que tú seas el único vértigo,
el eco,
el silencio;
la sangre poblada de incertidumbre.
Que tú seas la tormenta,
el traspié;
los fantasmas surcándome las vértebras.
Deja que tú seas...
Porque está el miedo
con todas sus muertes plurimorfas
aunque invariablemente borrachas;
y sin embargo nos muevo.
1 comentario:
Tsss (l) genial, igualmente la imagen :D
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