jueves, 16 de junio de 2011

La muerte me dio...

Qué hacer cuando te siembran la muerte bajo la piel
y te brota en el sexo como flores que huelen a tu nombre.

Absolutamente nada...

Me habitan sombras la garganta.
Y estoy majareta, ya sin humo en la azotea,
con las ideas más claramente rebuscadas.
Pero cómo lo siento.

No me sueltes, porque está el miedo
y un sinfín de mariposas bebiendo entre mis piernas,
devorándome el vientre.

Envuélveme entre tus dedos como si nadie lo notara,
antes de que me escurra a borbotones por las líneas
de tus manos, enfilándome hacia un abismo mudo.

Deja que tú seas el único vértigo,
el eco,
el silencio;
la sangre poblada de incertidumbre.
Que tú seas la tormenta,
el traspié;
los fantasmas surcándome las vértebras.
Deja que tú seas...

Porque está el miedo
con todas sus muertes plurimorfas
aunque invariablemente borrachas;
y sin embargo nos muevo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tsss (l) genial, igualmente la imagen :D