Mujeres con aroma a pan, hierro, noche y jardines.
Vengo de una estirpe de pies de arena,
vientres afrutados
y pensamientos fecundos.
Mis mujeres mueren cada día; se arrancan el corazón, extravían el pulso, se dejan caer
sobre sus propios huesos y luego cantan para que sus cenizas no toquen
el suelo.
Mis mujeres; las que dejan una muerte explotando cotidianamente en la nariz, en las manos,
en la lengua.
Mis mujeres; la muerte les pasa de largo y ellas son copos de harina y brasas
en flor.
Es cierto, también nacen.
también arden.
Mis mujeres
son fuentes, princesas, vírgenes veneradas,
toda la tierra.
Son magia, aún en manos cansadas;
callan para ahogar el miedo,
hablan para callar la soledad.
3 comentarios:
O sol ñao pode viver perto da Lua :)
Los vientres de sus mujeres, siempre llevarán agua, para quienes en la deriva encuentren reposo.
Un gusto cantar Paloma Negra y Detrás de los Cielos con usted.
Saludos.
María.
:)Que dicha tus mujeres, no las mujeres, sólo ellas, sólo esas mujeres!!
Un beso y abrazo!!
Y qué mujer no lleva en el vientre tempestad y cuna...
Saludos a las dos, mujeres.
Luego nos vamos a cantar todas juntas.
Porque podemos y porque queremos.
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